sorpresas de mi mundo:

22/9/14

Capítulo 8.

Tras varios minutos me quedé dormida. Pude percibir como alguien entraba a la habitación, Martín.
Se acercó hacia mí mientras yo, alerta, me hice la dormida. Al estar justo en frente mío se agachó hasta quedar a la altura de mi cama y me sacudió con tal de despertarme.
-Despierta- susurró.
Era el momento idóneo para despertar de mi falso sueño, algo me decía que se sentía mal.
-¿Ummm? ¿qué?- dije rascándome el ojo convincentemente.
-Perdón ¿vale? Me siento fatal por lo que te he hecho...- respondió.
Cuando abrió su boca  sentí que lo decía la verdad, que se arrepentía... Pero también me llego otra cosa.
-Está bien pero una preguntita ¿Has vomitado?- pregunté frunciendo el ceño.
-Puede...- dijo apartando la vista.
Sonreí, creí que se sintió tan mal que vomitó y por eso tardó tanto en volver. La verdad tampoco era de tanta importancia, al fin y al cabo...solo fue un despiste.Tras darle un abrazo sincero a mi hermano se bajó a ponerse el pijama y, sin comer, nos dormimos.
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Al día siguiente me planteé tener un buen día, iba a ser el penúltimo en España y tenía que ser perfecto. Me levanté enérgicamente e intente levantar a Martín, quería que fuera tan perfecto como el mío. Pero al parecer ya estaba levantado.
-Qué raro...-pensé mientras me estiraba.
Me puse el uniforme por última vez,era una sensación extraña, era bueno porque simbolizaba un cambio en la rutina diaria, allí sería diferente . Suspiré y fui abajo y entonces fue cuando encontré a Martín sentado en la mesa pequeña del salón con una manta en la espalda y con la nariz roja.
- Hola cariño- dijo mamá.
-Hola- dije mirándole todavía.
-¿Te encuentras bien?- preguntó ella poniéndome la mano en la frente.
-Perfectamente...- respondí.
-¡Ah! por cierto, como va a ser el último día en casa... Por la tarde después de comer ya no vuelves a clase y así nos despedimos de la familia y nos damos un paseíto, seguro que tu hermano se recupera en seguida. ¿vale?- me contó.
- Bueno- dije.
Me senté en las sillas altas de la cocina con su ''ventana'' hacia el salón. Cogí los cereales, la leche y el zumo. Al terminar me dirigí al baño para terminar de asearme y acto seguido me despedí asegurándome que tenía todo lo que necesitaba (incluidas las llaves) mientras oía la voz de mi madre regañando a Martín por no abrigarse.
-¡Adiós!- me despedí.
Al salir noté en el bolsillo algo pequeño, al meter la mano vi que era el colgante que me regaló la profesora.
-Nunca me la quitaré- prometí mientras me lo puse.
Al llegar al instituto vi como todos me observaban y algunos se reían y marchaban. Al principio lo ignoraba pero después de un tiempo ya me inquietó. 
Al llegar a clase todos los que me conocían estaban allí, eso ya no parecía real porque lo del otro día... vale, lo organizó un profesor y ¿a quién no le gustaría perder clase haciendo fotos?
Al principio hubo un momento de duda por la ausencia de Martín pero en seguida se abalanzaron contra mí poniéndome un cartel gigantesco delante de mi cara con todas las firmas de mis amigos y profesores y arriba un rótulo ''Os queremos mucho <3'' En casi todas las firmas había dedicatorias y en los laterales habían muchos corazones, balones y emoticonos. 
No podía hablar, era demasiado. Toda mi vida pensando que era una fracasada que casi no tenía amigos y resulta que me conocen más que yo misma. Conocen mis expresiones, mi voz, mis andares y sentimientos... yo, sin ayuda de un espejo, no me reconocería. Me conocen más de lo que yo me conozco. Si cada uno tuviera que hacer una redacción sentimental sobre uno mismo nadie sabría que decir,  somos personas que dependen de otras. Y aún hay algunos que se guardan su ira, sus sentimientos dentro aún sabiendo que algún día explotarán y darán un giro radical.
Rompí a llorar y Gloria, que era la más cercana me abrazó junto a todas esa personas que no cabían ni en el aula. Desde fuera se vería muy chorra llorar por una cartulina amarilla con garabatos pero me dolió en cierta manera  que fueran así de buenos conmigo cuando yo solía ser fría.
Lo malo es que al llorar se me quedó un dolor de cabeza enorme que no me dejó estudiar.
Transcurriendo el patio rodeada de gente y agobiándome a preguntas llegó el momento final. Nunca los volvería a ver. 
Gloria, que también comía en su casa, me acompañó hasta el portal ayudándome a llevar el regalo.
 Al llegar nos intercambiamos la mirada y nos dimos un abrazo de aproximadamente un minuto lleno de mensajes de ánimo y promesas mutuas.
Al subir al piso abrí la puerta y vi que Martín estaba mejor pero seguía moqueando.
-Mira Martín el regalo que nos han hecho- dije acariciándole el hombro.
-A ver- dijo con voz mucosa.
Al parecer Martín tubo la misma reacción que yo. Se le llenaron poco a poco los ojos de lágrimas y me quiso abrazar, yo accedí pero tapándome a sus espaldas la nariz y la boca, temiendo que me contagiara.
-Cuando estés lista salimos-interrumpió papá.
-Sí-dije separándome de mi hermano.

2 comentarios:

  1. Holiiita
    No habia leido este capitulo:0
    pobre martin que se ha resfriado._.
    Que bonitoooo:(:(:( pobres ya se van? NOOOO QUE SE QUEDEN EN ESPAÑAA
    Pero martin y gloria no salian juntos?? Han roto?!
    Abrazo especial de ahskkrnelel

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    Respuestas
    1. Holi!
      Si, te estaba esperando a que lo leyeras para el proximo capitulo :D
      Por maloso ¬¬ okno xd
      Si ya se van u_u Sí, salen juntos no han roto pero bueh u.u
      abrazos especial de etc xd

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